domingo, 10 de abril de 2016

El Castillo de las Unidades

La idea de este juego surgió hace ya unos 5 años, cuando descubrí las dificultades de muchos alumnos para comprender la relación entre los valores posicionales de las cifras.
Así que decidí encender el botón de la creatividad, buscar a la cuentacuentos que llevo dentro y este fué el resultado: 


"El Castillo de las Unidades"

Érase una vez un castillo misterioso por sus extraños habitantes. Estaba dividido en 3 torres contiguas. En cada una de ellas habitaban diferentes seres. 
¡Vamos a conocerlos!
En la torre de la derecha, flanqueada por una enorme letra U, vivían unos seres diminutos, de color azulado como los Pitufos y de forma cuadrada. Se les conocía como UNIDADES. Les encantaba jugar a formar trenes de distintas longitudes: de 3, de 8, de 14 vagones...

En la torre del medio, reconocible por su gran letra D, habitaban otros seres mágicos, estos eran de color rojizo cual tomates, pero de forma estrecha y alargada; se les conocía como DECENAS. A ellos lo que más les gustaba era juntarse de modo paralelo formando diversos cuadriláteros: rectángulos, cuadrados...

En la última torre, la de la izquierda, visible por su gran letra C, vivían los seres más grandes del castillo: eran verdes y de forma cuadrada, les llamaban CENTENAS. Su mayor diversión consistía en juntarse unos al lado de otros, o encima o debajo de otros formando abanicos...

Entre las paredes de este castillo, algo mágico sucedía con sus habitantes.
Cuando las UNIDADES hacían un tren de 10 vagones o más, las 10 UNIDADES se transformaban de inmediato en un único tren rojo y alargado, idéntico a sus vecinos de torre: ¡¡SE CONVERTÍAN EN UNA DECENA!!!

Algo parecido ocurría con las DECENAS, cuando lograban forman un cuadrado de 10 filas, inmediatamente se convertían en un gran cuadrado verde, como sus vecinos: ¡¡SE TRANSFORMABAN EN UNA CENTENA!!

Las CENTENAS eran tan grandes y pesadas que no tenían permitido convertirse en nada más grande, ya que no cabrían en el castillo. 

Todos estos personajes disfrutaban haciendo turismo por su castillo. Pero debían cumplir una norma de convivencia vecinal:
PARA PASAR DE UNA TORRE A OTRA, DEBÍAN ADOPTAR LA FORMA DE SUS VECINOS, por lo que debían juntarse para transformarse en seres mayores o menores:
Las UNIDADES en DECENAS, las DECENAS en CENTENAS y viceversa: las CENTENAS en DECENAS y las DECENAS en UNIDADES.

Y azul, verdoso y colorado
este cuento se ha acabado.
FIN

Con este juego se pueden realizar distintos aprendizajes:
- La construcción de los números de hasta 3 cifras.
- La relación de equivalencia entre Unidades, Decenas y Centenas. 
- También está diseñado para realizar operaciones de suma y resta (como en el "Juego de las Estampas" de María Montessori)

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